Crímenes que marcaron a España - Encabezado de la Serie |
El Asesino de la Baraja: Una historia de terror en Madrid
España ha sido testigo de crímenes que dejaron una marca profunda por su brutalidad y el miedo que generaron. Uno de ellos es el caso del “Asesino de la Baraja”, Alfredo Galán Sotillo, un exmilitar que, en 2003, llevó a cabo una serie de asesinatos que aterrorizaron al país.
Este artículo es el primero de
una serie en la que exploraremos algunos de los crímenes más estremecedores de
la historia reciente de España. Prepárate, porque vienen muchas historias que,
aunque difíciles de creer, sucedieron aquí, entre nosotros.
¿Qué lleva a un hombre
aparentemente común a convertirse en un asesino que aterroriza a una ciudad
entera? El caso de Alfredo Galán, el temido 'Asesino de la Baraja', nos muestra
que, a veces, el monstruo puede esconderse tras la rutina.
Alfredo Galán: La Historia Detrás del "Asesino de la Baraja"
Alfredo Galán, nacido en 1978 en la localidad de Puertollano, Ciudad Real, parecía llevar una vida común y corriente en una familia modesta. Pero su historia es cualquier cosa menos ordinaria. Desde joven, Galán enfrentó momentos difíciles, como la muerte de su madre, un golpe que dejó huella en su vida. Su camino pronto lo llevó a unirse al Ejército de Tierra, donde se convirtió en cabo y tuvo la oportunidad de participar en una misión en Bosnia. Sin embargo, esta experiencia no fue cualquier aventura.
Durante su tiempo en Bosnia,
Galán no solo ganó experiencia militar, sino que, según algunos testimonios, su
carácter sufrió un cambio notable. Al volver, no era el mismo joven que había
partido: mostraba una actitud distinta, casi errática. Y como si fuera el
“souvenir” más oscuro, regresó a España con una pistola Tokarev TT-33, un arma
poco común en el país y que, como sabemos, utilizaría en los crímenes que
sembrarían el terror en Madrid.
Transición de Puertollano a Bosnia: La transformación de Alfredo Galán |
Los Crímenes y el Terror en las Calles de Madrid
Todo comenzó el 24 de enero de
2003, cuando Madrid se estremeció ante un asesinato que sería el primero de una
serie de crímenes sin precedentes en la ciudad cuando disparó a su primera
víctima. En dos meses, acabó con la vida de seis personas y atentó contra otras
tres. La policía se enfrentó a un caso inquietante, en el que las víctimas
parecían elegidas al azar, sin conexión aparente entre ellas. Sin pistas
claras, los investigadores pronto se darían cuenta de que enfrentaban un reto
mayor de lo habitual.
El 5 de febrero, el caso dio un
giro importante: ese día, Galán disparó a Juan Carlos Martín Estacio, de 28
años, en una parada de autobús en Alameda de Osuna y en la escena junto al
cuerpo apareció un as de copas. Esta "firma" macabra le valió el
apodo de “Asesino de la Baraja”
y se convirtió en la primera pista sólida que los investigadores tenían en sus
manos. A pesar de ello, encontrar un patrón claro en la elección de víctimas
parecía imposible, lo que complicaba enormemente la tarea de anticipar los movimientos
del asesino.
La macabra firma del "Asesino de la Baraja" |
Fecha |
Lugar |
Víctimas |
Carta Encontrada |
Detalles del Asesinato |
24 enero 2003 |
Barrio Chamberí |
Juan Francisco Ledesma |
Ninguna |
Disparó en la cabeza al portero en presencia de su hijo de dos años. |
5 febrero 2003 |
Alameda de Osuna |
Juan Carlos Martín Estacio |
As de copas |
Disparó al empleado de limpieza; dejó un as de copas en la escena. |
5 febrero 2003 (horas después) |
Bar Rojas, Alcalá de Henares |
Mikel Jiménez Sánchez y Juana Dolores Uclés López |
Ninguna |
Disparó a dos personas y dejó gravemente herida a la propietaria del bar. |
7 marzo 2003 |
Tres Cantos |
Santiago Eduardo (herido) y Anahid C. (intento fallido) |
Dos de copas |
Intento de asesinato a Anahid falló debido a que el arma se encasquilló; dejó un dos de copas. |
18 marzo 2003 |
Arganda del Rey |
George y Diona Magda |
Tres y cuatro de copas |
Disparó a un matrimonio y dejó el tres y el cuatro de copas junto a los
cuerpos. |
La Investigación: Un Enigma que Desafió a la Policía
La policía no tenía un camino
claro para seguir: no había un patrón en las víctimas ni en los lugares. Como
señaló el psiquiatra forense Juan José Carrasco, Galán no buscaba a personas
específicas, pues “no escoge a las personas porque con ninguna tiene relación
de amistad, ni de confianza, ni de nada”. Carrasco calificó los crímenes de
Galán como un “acto de depredación humana”, subrayando la extrema frialdad con
la que Galán cometía los asesinatos.
“no escoge a las personas porque con ninguna tiene relación de amistad, ni de confianza, ni de nada”
— Juan José Carrasco, psiquiatra forense
Simbolismo del Perfil Psicológico del "Asesino de la Baraja" |
“Un depredador normalmente es un sinónimo de asesino serial. Es decir, mata por razones personales, íntimas, no por razones económicas, ideológicas o religiosas.”
— Vicente Garrido, psicólogo y criminólogo
Técnicas Forenses y Colaboración Ciudadana
Ante la falta de avances
significativos, el equipo de investigación, liderado por el comisario jefe de
la Brigada Provincial de Policía Judicial de Madrid, decidió emplear técnicas
forenses avanzadas. Las balas recuperadas en las escenas del crimen resultaron
ser de una pistola Tokarev TT-33, un modelo raro en España, lo que orientó la investigación hacia un posible perfil militar.
Investigación Forense del "Asesino de la Baraja" |
La atención mediática fue intensa
y contribuyó a mantener a la población en alerta. Una de las periodistas
encargadas de cubrir el caso fue Letizia Ortiz (actual reina de España), quien
en ese momento trabajaba para RTVE. A pesar de la presión, la policía no
lograba capturarlo, y el asesino continuaba eludiendo a la justicia.
La Captura y el Juicio: El Final del "Asesino de la Baraja"
Pese a los esfuerzos exhaustivos
de la policía, el asesino seguía eludiendo a la justicia, y el caso parecía
estar estancado. Todo cambió el 3 de julio de 2003 cuando Galán dio un giro
inesperado: se entregó voluntariamente en una comisaría de Puertollano,
aparentemente bajo los efectos del alcohol. Primero confesó los crímenes y
luego intentó retractarse, afirmando que todo era parte de una conspiración.
Vicente Garrido comentó sobre esta entrega, considerando que probablemente
representaba “el acto final de chulería” por parte de Galán. Esta confesión, completamente
inesperada, sorprendió a los investigadores, ya que Galán no había estado entre
los sospechosos hasta ese momento.
El interrogatorio del Asesino de la Baraja |
La confesión de Galán abrió una
nueva fase en la investigación: se realizaron registros en su domicilio y se
rastrearon sus movimientos durante los meses de los asesinatos. La policía
trabajó contrarreloj para corroborar sus palabras y recolectar pruebas
contundentes, especialmente cuando Galán intentó retractarse, alegando que
había sido víctima de una conspiración. La resolución del caso del Asesino de
la Baraja se convirtió en un hito en la criminología española, demostrando la
importancia de la colaboración entre expertos en balística, psicología criminal
y análisis forense para resolver crímenes complejos.
Durante el juicio, Galán afirmó
que había comenzado a matar para “experimentar” qué se sentía y que
continuó porque era “fácil y no sentía nada extraordinario”. Este
testimonio, junto con el análisis de su personalidad, evidenciaba una alarmante
falta de empatía. Como explicó el psiquiatra Carrasco, los crímenes de Galán
mostraban un desprecio absoluto por la vida humana. Sin embargo, Carrasco también reconoció la dificultad de comprender
plenamente su mente.
“es muy difícil llegar al fondo de la mente de un asesino y de lo que le motivó en tantos momentos”
— Juan José Carrasco, psiquiatra forense
Gracias a la meticulosa recopilación de pruebas y al trabajo constante de los investigadores, se logró construir un caso sólido contra Galán, que fue condenado en 2005. Así se cerraba uno de los capítulos más oscuros de la historia criminal reciente de España.
El miedo y el legado del "Asesino de la Baraja"
El caso del "Asesino de la
Baraja" no solo dejó a Madrid sumida en el miedo, sino que marcó
profundamente a la sociedad española. Durante los meses en los que Alfredo
Galán estuvo activo, la sensación de inseguridad era constante. La idea de que
cualquiera podía ser la próxima víctima, en cualquier lugar y sin motivo
aparente, generó una paranoia que se palpaba en las calles. Las noticias
diarias, con titulares aterradores y detalles de los crímenes, mantenían a
todos en alerta, pero también aumentaban la ansiedad colectiva.
Este miedo no se quedó solo en el
momento, sino que dejó un legado que ha resonado en la cultura popular
española. El caso inspiró documentales como El asesino de la baraja
(RTVE, 2022) y Baraja: la firma del asesino (Netflix, 2023), así como el
libro La muerte en un naipe de Jimena Tierra. A través de estos
materiales, la sociedad ha intentado entender cómo alguien aparentemente común
puede transformarse en un asesino frío y sin remordimientos. Las motivaciones
de Galán, según sus propias palabras, eran nada más y nada menos que la
“curiosidad mórbida” de experimentar qué se sentía al matar.
El legado cultural del caso del Asesino de la Baraja |
Reflexión Final y Anticipación
Casos como el del "Asesino de la Baraja" no solo nos recuerdan el lado más oscuro de la humanidad, sino también los desafíos que enfrenta la sociedad para entender y prevenir estas tragedias. ¿Cómo puede alguien cruzar la línea entre lo cotidiano y lo monstruoso?
¿Qué otros misterios criminales tenemos por descubrir? Si este caso te ha enganchado, prepárate, porque vienen más historias que te mantendrán en el borde de la silla. No te pierdas los próximos artículos de esta serie, donde continuaremos desentrañando las sombras de nuestra historia reciente. ¿Estás preparado para descubrir más?