Monte Everest |
1. ¿Cuán alto es realmente el Monte Everest?
Hablar del Everest es hablar de
cifras, y la más icónica es su altura. La altitud oficial actualmente
reconocida es de 8.848,86 metros sobre el nivel del mar, según la última
medición conjunta de China y Nepal en 2020. Esta actualización añadió unos
pocos centímetros, ajustando las discrepancias entre los datos históricos y los
efectos de los movimientos tectónicos en la región.
Medir la altura de una montaña no
es tan simple como sacar un metro. Las primeras mediciones realizadas en el
siglo XIX por el Gran Proyecto de Topografía de la India estimaron su altitud
en 8.840 metros. Pero con los avances en tecnología de satélite y GPS,
la precisión ha mejorado. La última medición, de hecho, utilizó un receptor GPS
en la cumbre y técnicas modernas de georreferenciación.
Aquí tienes una tabla comparativa de las mediciones de la altitud del Everest a lo largo de los años, incluyendo la variación respecto a la medición anterior:
Año
Altitud (metros)
Variación(metros)
1856
8.840,00
primera medición
1955
8.848,00
+8,00
1975
8.848,00
0,00 (sin cambio)
1999
8.850,00
+2,00
2005
8.844,43
-5,57
2020
8.848,86
+4,43
Algunas observaciones sobre estas mediciones:
- La medición de 1856 fue realizada por Andrew Waugh durante el Gran Proyecto de Topografía Trigonométrica.
- La altitud de 8.848 metros establecida en 1955 por un estudio indio se mantuvo como la medida oficial durante décadas y fue confirmada por China en 1975.
- En 1999, una expedición estadounidense utilizó tecnología GPS y obtuvo una altura de 8.850 metros, aunque esta medición no fue reconocida oficialmente por Nepal.
- La medición china de 2005 generó controversia al establecer una altura de 8.844,43 metros, desestimando la capa de nieve en la cima.
- La medición más reciente de 2020, realizada conjuntamente por Nepal y China, estableció la altura oficial en 8.848,86 metros, poniendo fin a años de desacuerdo entre ambos países.
Esta tabla muestra cómo la altura
oficial del Everest ha variado a lo largo del tiempo, reflejando tanto los
avances en las técnicas de medición como los acuerdos políticos entre los
países involucrados.
2. Historia y nombres: ¿Everest o Sagarmatha?
Aunque el mundo lo conoce como
Monte Everest, los habitantes locales tienen otros nombres para esta maravilla
natural. En Nepal se llama Sagarmatha, que significa "la frente del
cielo", mientras que en el Tíbet se le conoce como Chomolungma,
"la madre del universo". Estos nombres tienen significados
profundamente espirituales y reflejan el respeto reverencial hacia la montaña.
El nombre "Everest" proviene del británico Sir George Everest, un geógrafo galés que fue Surveyor General de la India. Curiosamente, Sir George nunca vio la montaña en persona. Fue su sucesor, Andrew Waugh, quien decidió nombrar la cima en su honor en 1865, a pesar de que el propio Everest no estaba del todo de acuerdo, pues creía que un nombre local habría sido más apropiado.
Mapa Monte Everest Expedición año 1921 |
3. Geología y formación: Un gigante en constante cambio
El Monte Everest no siempre fue el punto más alto de la Tierra. Su origen se remonta a unos 50 millones de años. El proceso comenzó cuando la placa tectónica de la India colisionó con la placa de Eurasia, generando el levantamiento de las montañas del Himalaya. La velocidad con la que la placa de la India se movía hacia el norte era excepcionalmente rápida en términos geológicos (20 centímetros por año), lo que provocó un rápido ascenso de la región.
Este movimiento tectónico sigue
activo, el Monte Everest se mueve hacia el noreste a un ritmo de
aproximadamente 4 centímetros por año provocando un crecimiento vertical empujando la montaña unos 4 milímetros
hacia arriba cada año. Así que sí, ¡el Everest sigue creciendo!
Desde el punto de vista geológico, el Everest está compuesto por tres estratos principales: la caliza de la Formación Qomolangma en la parte superior, la esquisto y mármol del Grupo de la Zona Baja en el medio, y la granodiorita en la base. Estos materiales nos cuentan historias de antiguos océanos y choques continentales.
Monte Everest |
4. Ecosistema: Vida en las alturas
Aunque el Everest es una región
inhóspita para la vida, hay criaturas que han logrado adaptarse. A altitudes
más bajas, entre 3.000 y 5.000 metros, podemos encontrar:
El panda rojo (Ailurus fulgens), se encuentra entre los 2.500 y 4.800 metros de altitud.
El yak salvaje (Bos mutus), adaptados a vivir en altitudes de hasta 6.000 metros.
El leopardo de las nieves o
irbis (Panthera uncia) está presente en la región
del Everest.
El oso tibetano
(Ursus thibetanus) se encuentra hasta los 4.300 metros de altitud.
El goral del Himalaya
(Naemorhedus goral) habita entre 900 y 4.000 metros.
La araña saltadora
del Himalaya (Euophrys omnisuperstes) se ha hallado a 6.700 metros de altitud,
siendo posiblemente el animal que vive permanentemente a mayor altitud.
A medida que se asciende, la vida
animal se reduce, pero los escaladores han encontrado aves, como la chova piquigualda
(Pyrrhocorax graculus), puede volar a altitudes de hasta 8.000 metros.
La flora también varía con la
altitud, pasando de bosques de rododendros y pinos en las zonas más
bajas, a musgos y líquenes en alturas extremas de hasta 7.400 metros. Sin
embargo, la mayoría de la montaña es un desierto de nieve y roca.
5. Significado espiritual: Una montaña sagrada
Para los pueblos de la región, el
Monte Everest es mucho más que un reto deportivo: es un lugar sagrado. En la
cultura sherpa y budista, Chomolungma es la residencia de dioses y
espíritus protectores. Por ello, las expediciones deben realizar rituales para
pedir permiso y protección a la montaña antes de intentar la ascensión. La
ceremonia del puja, en la que se ofrece comida, bebida y humo de
incienso, es una muestra de respeto esencial antes de emprender el viaje hacia
la cima.
6. Desafíos para los escaladores
Escalar el Everest no es solo
cuestión de valentía; también hay que enfrentarse a riesgos físicos extremos. A
partir de los 7.500 metros, se entra en la llamada zona de la muerte,
donde el cuerpo no recibe suficiente oxígeno para sostener funciones vitales.
Aquí, cada paso se siente como una maratón, y el riesgo de edema cerebral
o pulmonar es alto.
Además, están las amenazas de avalancha, grietas ocultas en los glaciares y el siempre impredecible clima, que puede cambiar en cuestión de minutos. La "Ventana de Buen Tiempo" para alcanzar la cima es muy breve y generalmente ocurre en mayo y a veces en septiembre. Solo los escaladores más experimentados y bien preparados logran superar estos desafíos.
Alpinista - Imagen generada por IA |
7. Récords impresionantes
El Everest ha visto logros
humanos asombrosos. Tenzing Norgay y Edmund Hillary hicieron historia en
1953 al convertirse en los primeros en llegar a la cumbre. Desde
entonces, ha habido una lista impresionante de récords:
- Junko Tabei se convirtió en la primera mujer
en alcanzar la cima en 1975.
- Reinhold Messner y Peter Habeler
lograron la primera ascensión sin oxígeno suplementario en 1978,
desafiando la idea de que era imposible.
- El nepalí Lhakpa Gelu Sherpa ostenta el
récord de ascenso más rápido al Everest para hombres, alcanzando la cima
en 10 horas y 56 minutos en 2003.
- Kilian Jornet, (el mejor corredor de montaña
de todos los tiempos) en 2017, logró subir y bajar dos veces el
Everest del tirón en seis días sin oxígeno artificial. En la primera tardó
26 horas tras partir del monasterio de Rongbuk (5.100 metros). En la
segunda, empleó 17 horas al partir del Campo Base Avanzado (6.500 metros).
Sin utilizar cuerdas fijas y de una sola tirada (proyecto Summits of My Life
que inició en 2012).
- La nepalesa Phunjo Lama estableció en 2024
el récord femenino al completar el ascenso en 14 horas y 31
minutos, superando la marca anterior por más de 11 horas. Y completando
el viaje de ida y vuelta desde el campamento base en 24 horas y
26 minutos.
Estos son solo algunos ejemplos de personas que han llevado al límite la resistencia humana.
Corredor de montaña - Imagen generada por IA |
Conclusión: Más que una montaña, una leyenda viva
El Monte Everest es un lugar
donde la naturaleza muestra su grandeza y la humanidad, su capacidad para
superar lo imposible. Pero no es solo una aventura épica; es un espacio sagrado
con una rica historia geológica y cultural que merece ser respetada. Cada vez
que un escalador alcanza la cima, no solo es una victoria personal, sino un
homenaje a la majestuosidad del mundo natural.
La próxima vez que mires una foto
del Everest o leas sobre una expedición, recuerda que no es solo una montaña:
es una historia escrita en piedra y nieve, donde los récords humanos son apenas
notas a pie de página frente a la eternidad de la montaña.
Fuentes recomendadas:
- "Into Thin Air" de Jon Krakauer: Un
relato impactante de una tragedia en el Everest.
- "Everest: The First Ascent" de Harriet
Tuckey: La historia de cómo se conquistó la montaña por primera vez.
- Sitio web oficial del Parque Nacional Sagarmatha
para información sobre la flora y fauna local.